Aviso

Pues, la cosa es que si quieren encargarme traducciones de canciones de Vocaloid, yo las voy anotando en una lista de pedidos que tengo, y las hago según me vayan dando ganas (lol). Si quieren asegurarse de que haga su pedido y pronto, o es una canción de otro artista, pueden pagar por paypal al mail mizumi_himutako1619@hotmail.com, 2 dólares por canción. De todas formas, si es de Vocaloid o un artista que me guste, es posible que la haga si simplemente me la piden sin pagarme. Como digo, es para asegurarse y/o tenerla antes XD

martes, 24 de marzo de 2020

[Cuento] Iki ningyou to koi kurui

(Autor: Enbun)
(Cuento complementario de "Iki ningyou to koi kurui")


Érase una vez un Fabricante de Muñecas, quien albergaba adoración por una Chica que vivía en la misma pequeña aldea en la que él residía.
La Chica reía y se movía con gracia. Entregaba amor sin favoritismos y, al mismo tiempo, era amada por todos.
Sin embargo, apareció un Hombre que la amó aun más que todos, y que ella también amó más que a los demás.
Ese Hombre y esa Chica establecieron una relación cercana en un instante, y no pasó mucho tiempo para que intercambiaran la promesa de pasar toda la vida juntos.
La gente de la aldea bendijo al Hombre y a la Chica desde el fondo de sus corazones.
Debido a que la Chica era amada por todos.
Así es, por todos.

Ese también era el caso de ese Fabricante de Muñecas.
Sin embargo, él no era capaz de aceptar la realidad de que el Hombre y la Chica se hubiesen unido sus vidas.
Lo que él recuerda es la imagen de ella dedicándole una sonrisa, aun cuando él era pobre y de pocas palabras, y esa voz entonando aquella canción ella decía gustar.

¿Acaso todo eso iba a ser para un solo hombre ahora?
El Fabricante de Muñecas se encerró en su casa. Se volvió aun más callado que antes, se volvió aun más pobre de lo que era.
Aun así, el Fabricante de Muñecas no intentó poner ni un pie fuera de su hogar.
Además, no había nadie en la aldea que quisiese sacarlo de ahí.
Excepto por una persona.

Un día, mientras respiraba silenciosamente en su tranquilo hogar, escuchó aquella voz desde el otro lado de la puerta.
Esa era, sin lugar a dudas, la voz de la Chica a la que el Fabricante de Muñecas amaba.
Al abrir la puerta por primera vez en días, allí estaba la Chica, con la misma apariencia de siempre, excepto por un pequeño detalle: un anillo que brillaba intensamente en su pálido y delgado dedo.
Sin embargo, cuando esa imagen llegó a su campo de visión, lo que hirvió dentro del pecho del Fabricante de Muñecas fue una tormenta de celos como nunca antes los había sentido, al punto de ser aterrador.

Y entonces, cuando volvió en sí, lo que el Fabricante de Muñecas halló entre sus brazos fue la figura de esa hermosa Chica, que se había vuelto fría e inmóvil.

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