Segunda escena y fin del prólogo, ahora sí exclusivamente de la ruta de nene Platina c: Las respuestas son para la ruta de Jade. Me imagino que las otras servirán para las otras rutas, así que ahí las traduciré(?).
Lo que estará en cursiva son tanto la voz del narrador como las indicaciones que pondré yo, para dar un poquito de contexto.
Platina Disc: Prólogo
Escena 2
(Fondo de cielo)
Platina: “… …¿Qué lugar es ese? …Ese cielo
no es el cielo. Mi… cielo es…”
(En la tienda.)
Platina: “…”
Jade: “Platina-sama…”
Platina: “…”
Jade: “Platina Pasteur-sama…”
Platina: “¿…?
Jade: “Oh, por fin despertó, ¿eh?”
Platina: “¡…!”
Jade: “Ey… por favor, no use magia ofensiva contra mí de repente. Aunque no lo crea, yo soy su aliado.”
Platina: “¿Quién eres? …¿Por qué estoy en
un lugar como este?”
Jade: “…Está muy bien que evalúe su situación, pero si no deja de verme de manera asesina no podré explicarle aunque
quiera hacerlo.”
Platina: “…Nada garantiza que
seas mi aliado.”
Jade: “En eso tiene razón, pero, si no me
cree, no podré explicarle nada tampoco.”
Te creo.
Platina: “…Está bien.”
Jade: “Eso ayuda mucho. Ah… y eso que sólo le enseñaron lo justo y necesario. Qué aterrador.”
Platina: “Entonces lo preguntaré
nuevamente: ¿Quién eres?”
Jade: “Su aliado. El único que tiene por
ahora.”
Platina: “…¿Dónde estamos?”
Jade: “En un pueblo rural bastante alejado
de la Ciudad Real, en una tienda de campaña que yo mismo armé.”
Platina: “…Se supone que yo estaba
durmiendo en un subterráneo de la capital…”
Jade: “Jeje, así que hasta eso recuerda.”
Platina: “Eso es porque… de un momento a otro
pude entender este lenguaje. Puedo determinar en qué clase de lugar me
encontraba, deduciéndolo de las palabras que tipos como tú susurraban.”
Jade: “Jaja, ya veo. Bueno, no es como que
usted haya nacido del vientre de una mujer. La familia real sí que es
misteriosa.”
Platina: “…Parece que te parece bastante
inusual… ¿Así que somos de clanes distintos?”
Jade: “Quién sabe. Al menos por fuera no
somos muy diferentes. Si hay algo distinto, sería el estatus social.”
Platina: “…¿Estatus?”
Jade: “Usted nació para ser el rey, el
soberano de este mundo. Yo, por mi parte, soy quien lo ayudará a conseguir
aquello y que asegurará su subsistencia.”
Platina: “…Eso significa que eres mi
subordinado.”
Jade: “Eso significaría, sí.”
Platina: “…Entonces, ¿por qué dices que
eres “mi único aliado”? Si yo soy el siguiente rey, no habría necesidad de que
saliera de la capital, y todas las vidas fuera de ella deberían estar a mi
servicio, ¿no?”
Jade: “Así debería ser, pero las cosas no
serán tan fáciles. Eso es porque hay otro “candidato” a siguiente Rey, además de
usted.”
Platina: “…¿Candidato?”
Jade: “Su hermano mayor, llamado Alexandre-sama. Tiene el cabello dorado y ojos rojos… Tal vez no debería decir
esto, pero no parece ser una persona de la que uno pueda depender.”
Platina: “…¿Así que no tengo otros aliados
porque existe él?”
Jade: “En realidad, él también está en una
situación parecida. Es decir, ninguno de los dos tiene a muchos de su lado.”
Platina: “…¿Qué quieres decir?”
Jade: “Esa es la intención de su padre, el
Rey de Naraku.”
Platina: “…¿De mi padre?”
Jade: “Naraku es un mundo en que el fuerte
se come al débil. Siempre se buscará ser el más fuerte. El Rey desea que
ustedes luchen y se apliquen en sus estudios.”
Platina: “…Hmph, qué ridículo.”
Jade: “…¿Eso cree?”
Platina: “No tiene sentido tratar de
adornar la verdad. En resumen, le cederá el puesto a quien gane, y el que
pierda morirá, ¿no?”
Jade: “…Comprende rápido.”
Platina: “Ahora ya entiendo la situación.
…Lo importante es que gane, ¿verdad?”
Jade: “Así es. Para eso me mandaron con
usted.”
Platina: “…¿Y me serás útil?”
Jade: “Aunque no lo crea, recibí una orden
real. Sin importar nada, debo ayudar, proteger y servirle a usted,
Platina-sama.”
Platina: “…Hmm.”
Jade: “Además, lamento tener que decirlo,
pero sólo ha pasado poco más de dos años de que usted nació, Platina-sama. Por
más maravilloso que sea su cerebro, no puede negar que no sabe nada del mundo.”
Platina: “Urgh…”
Puede que tengas razón.
Platina: “…Puede que tengas razón…”
Jade: “¿Cierto?”
Platina: “Hmph… te daré la razón en ese
punto.”
Jade: “…Entonces…*cough*”
Platina: “Urgh, ¿¡qué estás haciendo!?”
Jade: “Ohhh, si hago esto, deja de verse
tan apuesto. Aunque de esta forma es más de mi gusto.”
Platina: “¡No me tires el rostro! ¡¡Hay un
límite para ser irrespetuoso!!”
Jade: “¿Acaso no acaba de reconocer que no
sabe nada del mundo? Y usted, Platina-sama, ¿cómo le habla así a su senpai en
la vida~?”
Platina: “¡¡Hmph!!”
Jade: “…Jajaja, no tiene por qué ponerse
rojo de rabia. Simplemente quiero decirle que, aunque sea su subordinado, no
soy uno que simplemente vaya a obedecerlo en todo.”
Platina: “¡Explica bien para que pueda
entender!”
Jade: “Para ponerlo en términos simples, quiero decir
que no haré caso ciegamente a cualquier orden que me dé ---- sólo eso.”
Platina: “Tú…”
Jade: “Eso es porque soy de la clase de
retorcido que necesita que el respeto nazca de mí mismo primero, además de que
los demás reconozcan su valor. Al contrario, podría decirse que si se gana mi
respeto, eso implicaría que ya está calificado para ser rey.”
Platina: “…Sí que reconoces tus
falencias.”
Jade: “Será mejor que juzgue si eso es
verdad o no cuando ya lleve tiempo sirviéndole. Aun con todo, tengo altas
expectativas de usted, Platina-sama. Actualmente, Naraku se encuentra en un
balance bastante precario. Aunque se vea en paz, la verdad es que le asechan varias
amenazas. Por ejemplo, los “ángeles”, nuestros enemigos mortales, vienen constantemente desde el “Cielo" a invadir. Ahora que el poder del rey se está debilitando, el
clima se ha vuelto irregular, y el sello de los antiguos espíritus, en varios
lugares del reino, se está debilitando también. La situación actual de este
mundo no es muy favorable que digamos.”
Platina: “…¿Acaso es momento de tener
disputas internas, en una época tan delicada como esta?”
Jade: “Es que el Rey aún está vivo. Él es
como un “Dios” para nosotros, así que nadie le desobedecerá.”
Platina: “…¿Y está bien que desobedezcas
al príncipe?”
Jade: “No debería decir esto, pero, si
pierde, usted valdrá menos que un cadáver.”
Platina: “…”
Jade: “Por supuesto, yo también compartiré
su destino.”
Platina: “Basta con que gane, ¿verdad?”
Jade: “Exactamente.”
Platina: “Entonces… ayúdame.”
Jade: “…Será un placer.”
---FIN DEL PRÓLOGO---
Siguiente escena:
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